viernes, 17 de julio de 2015

Kamikaze


El corazón no atiende a razones o, tal vez, atienda sólo a la suya propia. El cabrón podía tener un poco más de cerebro, ser un poco más racional de vez en cuando, protegerse a sí mismo de los golpes y las heridas. Minimizar los daños. Pero no, el corazón se lanza de cabeza a una piscina vacía. Sabe que va a estrellarse, pero le da igual. Sabe que se hará pedazos, que acabará destrozado y que hará falta mucho más que tiempo para repararse, pero lo hace. Él es un valiente al que hay que controlar. Un jodido kamikaze al que poco le importan las cicatrices que ya luce. Hace oídos sordos a una cabeza que le grita que se controle. Eso a él le da igual. Él siente sin medida, sin freno. Él se vuelve loco, se deja llevar, y ya afrontará otro las consecuencias cuando la bomba le estalle en las manos y sus pedazos queden esparcidos otra vez.

martes, 14 de julio de 2015

No valgo para esto.

No valgo para esto. Nunca lo hice. Temo que nunca lo haré. Yo no fui, soy ni seré esa chica que coquetea con la mirada o que juguetea con su pelo mientras te observa. No fui, soy ni seré esa que se lanza a saludarte o a pedirte un baile. No seré yo quien de un primer paso o un primer beso. No sére quien tontee ni quien tantee. Y mucho menos seré quien se de cuenta de las cosas. No valgo para identificar estas cosas. No valgo para esto.

Un café con Sara

Quedé con Vanessa en El Café de la Luz a las cinco. Llevaba semanas hablando con ella, preparando la cita para una de sus próximas visitas...