Quiero...

Se me acaban las metáforas para decirte que yo lo que quiero es que tus dedos recorran mi cuerpo. Que les sigan tus labios y el resto de tu anatomía.
Que yo lo que quiero es que tu cuerpo se funda con el mío. Piel con piel. Alma con alma.
Que yo lo que quiero es que me lleves al cielo. Que me arrastres al infierno. Que me hagas gritar y retorcerme. Que te retuerzas conmigo. Que te deleites.
Quiero tus roncos gemidos y tus ahogados jadeos. Quiero tus manos hundidas en mi carne y tu lengua en mi garganta. Quiero tus caricias y tus mordiscos. Tus besos tiernos y también los salvajes. Quiero que te vuelvas loco conmigo. Animal. Brutal. Catártico. Quiero tu cuerpo temblando. Quiero tu placer. Tu delirio. Quiero...

Piérdete conmigo

Perdámonos.
Huyamos sin mover los pies.
Estáticos en esta cama.
Huyamos donde sólo seamos tú y yo.
Donde sólo estemos nosotros.
Piérdete conmigo. En mí. Que yo te cedo el mapa de mi cuerpo para que te aprendas sus rincones. Surca sus valles y colinas. Asciende y desciende. Húndete en lo más profundo y vuelve a la superficie.
Hazme temblar. Vibrar. Provócame terremotos y erupciones. Hazme estallar en mil pedazos y reconponme. Estudia mi geografía, piérdete en mis callejones. Piérdete una y mil veces. Y mil más...