Quería seguir durmiendo. Esperaba no despertarme nunca. Seguir soñando era mejor que despertarme y notar el frío en tu lado de la cama. Con los ojos cerrados podía sentirte a mi lado. Abrazar tu vacío y notar tu calor. Casi podía sentir tus labios en mi piel, recorriendo mi mandíbula hasta llegar a mis labios. Casi podía sentir tus manos por mi cuerpo, haciéndome estremecer con el roce de tus dedos. Podía sentir tu piel bajo la mía. Mi corazón desbocarse al ritmo de tu respiración acelerada. Con los ojos cerrados podía sentir que estabas a mi lado. Era mejor que abrir los ojos y ver que ella es ahora la dueña de todo lo que me pertenecía.
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