viernes, 21 de noviembre de 2014

Deseos.


Todos dormían. La ciudad entera estaba en calma. Demasiado frío y varias carreteras cortadas por el temporal. Seguía apostado frente a su casa, concentrado en su respiración y el tortuoso latido de su corazón, aún debilitado por los sucesos de los días anteriores. Quería acostarse junto a ella, abrazarla, susurrarla que estaba a salvo y dejar que se durmiera entre sus brazos. Deleitarse con su aroma dulce, con su tacto suave. Acariciarla bajo la ropa, erizar el vello de todo su cuerpo y amarla despacio. Sin prisas. Detener el mundo para ellos dos, pero él estaba acechando. Su mentor, aquel que le convirtió en lo que era y le privó durante decenios de su voluntad. El que le consagró a matar cazadoras. Una tras otra, tras otra… Recorriendo el mundo con la única intención de arrancarles la vida a quienes trataban de arrebatar la suya.

1 comentario:

  1. esto lo quiero seguir leyendo, mi niña es precioso... A la espera quedo :))

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Gracias por leer.

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